En el corazón de la selva del sureste asiático, en las ruinas de un templo olvidado, dos tigres crecen jugando y aprendiendo, vigilados por sus progenitores y bajo la mirada benevolente de las estatuas de Buda. Uno es tímido y dulce; el otro, valiente y atrevido. Cuando un antiguo cazador llega para saquear el templo sagrado, los dos tigres son separados y criados en cautividad. Uno, convertido en una estrella de circo, pierde toda vitalidad debido a la añoranza de la selva y al malestar que le produce vivir encerrado en una jaula. El otro se convierte en el querido compañero del hijo del administrador colonial, antes de entregárselo a un príncipe que le enseñará a pelear. Pero algunos años más tarde, los dos animales volverán a reunirse como enemigos cuando un explorador (Guy Pierce) les obliga a luchar el uno contra el otro.